¿Anticuada, yo? Cuatro argumentos de moda para defender con orgullo las mismas tendencias que ya llevaron nuestras abuelas

Las avala la historia y la anécdota, aparecen en los libros de Chéjov o en la vitrina del Museo del Traje, pero se cuelan actualizadas por la pasarela de temporada en tu «lista de deseos». Llevarás estola opillbox, reivindicarás a Fortuny. Y, lo mejor de todo, nadie podrá acusarte de antigua. Leer

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