Hay algo profundamente humano en imaginar a Rosalía pasando las páginas de un tratado místico, a Penélope Cruz subrayando una frase de Almudena Grandes, o a Álvaro Morte dejando un libro abierto sobre la mesilla de un hotel. Los escenarios, los focos y las alfombras rojas suelen robarles el protagonismo, pero detrás de cada éxito mediático late un alma lectora que busca en los libros lo que la fama no ofrece: silencio, profundidad, consuelo. Leer
